miércoles, 22 de mayo de 2013

SUPERPIOJOS

---> Escrito por Luciano Gabriel Scala

Los piojos son una amenaza para todas las madres que, preocupadas, recurrieron y continúan recurriendo a los pediculicidas. Pero, ¿son efectivos estos productos para combatir a este parásito? Los piojos parecen haberse vuelto inmunes a éstos. ¿Nos estamos enfrentando a superpiojos?
 
Imagínese esta situación: una mujer combatiendo a un animal diminuto, casi invisible, de unos 3 o 4 mm y con un cuerpo alargado, y siendo derrotada en el intento. Suena absurdo pero es ese bichito el peor enemigo de las madres de niños pequeños. Y si les digo que encima de todo esto el insecto es hematófago, ya sabrían que me refiero: a los persistentes piojos.
Pero estos piojos no son los de antes, son nuevos piojos. Ya tienen suficiente experiencia en insecticidas. Para matarlos hoy, se requieren dosis cien veces mayores que hace diez años, según un estudio del CONICET.
Si bien se asocia esta generación de piojos superpoderosos resistentes a los pediculicidas al mal tratamiento de los mismos, no se explica esta adaptación de otra forma que vinculando el fenómeno con lo que Darwin detalló como principal mecanismo en su teoría de la evolución, la selección natural. El estar expuestos por un largo tiempo a una presión tal como un insecticida (o mejor, un conjunto de ellos), que busca eliminarlos, provocó la muerte de la mayoría pero hubo aquellos que sobrevivieron y dejaron descendientes. Descendientes que eran resistentes a estos productos, tal como sus antecesores. Así, la dosis inicial dejó de surtir efecto por la tolerancia de estos nuevos piojos.

Implicancia del comportamiento de los padres
Podemos decir que la aplicación de pediculicidas ya no es tan eficaz como lo era antes, y esto es en parte debido al comportamiento de los padres frente a la aparición de piojos en sus hijos. Así como hay aquellos padres que descuidan el control, o simplemente no dan por supuesto que sus hijos padecen pediculosis, también hay aquellos que ni bien encuentran un espécimen, recurren de forma
indiscriminada al uso de pediculicidas creyendo que es ésta la solución adecuada al problema. En definitiva, se terminan dando cuenta que no hay modo de sacarlos del cuero cabelludo, excepto por el tratamiento con el peine fino en el caso de que la cantidad de piojos sea significativa. Esta última respuesta al problema, intenta dar solución a la recurrente picazón, que se produce por el efecto de la sustancia anticoagulante que el piojo inocula para después alimentarse.
Así es que ese uso indiscriminado de pediculicidas, aceleró y produjo la presión necesaria para que sobrevivieran sólo los piojos con ciertas características genéticas favorables, y que posteriormente dejaran abundante descendencia.

Los más aptos sobreviven esta guerra
Las hormigas no son menos que los piojos. A ellas también se las intenta aniquilar tal como si fuesen una plaga, con distintos tipos de venenos y fórmulas que se pasan de boca en boca, o podría decir de vecina en vecina o de abuela en nieta. Y, este traspaso de generación en generación tiene que ver con la necesidad de recurrir a otros productos que no son los habituales, debido a que los que sí lo son no surten el efecto deseado. Se recurre a métodos no convencionales, como son los aceites esenciales de plantas aromáticas, que se caracterizan por su poder repelente e insecticida y por su bajo nivel de toxicidad, aún cuando no está garantizada su completa efectividad.
Volviendo a los piojos, aún cuando se generase un nuevo pediculicida (y los laboratorios están continuamente en esta labor), estos insectos atravesarían nuevamente por el proceso de selección natural que dejaría a los más aptos como los sobrevivientes de esta guerra. Y, si retomamos las características de estos particulares insectos, agregaríamos que el tiempo del proceso de evolución de un piojo con respecto a los factores ambientales cambiantes, se encuentra directamente relacionado con la rápida reproducción que los caracteriza. Los piojos llegan a vivir cerca de 40 días, durante los cuales, las hembras ponen entre 100 y 300 huevos, las conocidas liendres. La posibilidad de dejar muchas crías aumenta la variabilidad genética, dando lugar a individuos con características tanto favorables como desfavorables con respecto a la presión ambiental que se les presente. Y así, serán los primeros los que, por tener esa ventaja evolutiva, sobrevivan y luego dejen una nueva progenie.

La evolución de los piojos no descansa. Ahora, la pregunta es nuevamente: ¿cómo combatirlos? Dijimos que nosotros constituimos una presión selectiva de la especie, por eso debemos ser cautelosos a la hora de tratarlos. Una aplicación indiscriminada de pediculicidas, como se señaló anteriormente, no haría más que favorecer el desarrollo evolutivo de la especie e, inclusive podría resultar tóxico para quien se aplique. Por el contrario, un tratamiento regulado de insecticidas con la frecuencia exacta de aplicación indicada junto al famoso peine fino pueden ser la solución, al menos por ahora. Pasar el peine fino consume mucho tiempo pero resulta eficaz y seguro a la hora de quitar liendres y piojos, no ocurre de este modo con los pediculicidas, no tan seguros para combatir esta plaga
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sábado, 18 de mayo de 2013

"Para matar piojos, hay que usar dosis 100 veces mayores que hace 10 años"



-----> Conclusión del centro de investigaciones de plagas e insecticidas del Conicet:"Para matar piojos, hay que usar dosis 100 veces mayores que hace 10 años". Es porque estos parásitos se volvieron más resistentes a productos tóxicos.

Ocurre en las piletas, en las aulas, en los clubes. Los chicos se rascan, algunos padres actúan y otros se desentienden, y las autoridades de distintas instituciones insisten con mensajes que piden "colaboración" a las familias. En definitiva, nadie sabe muy bien qué hacer, porque el problema se repite sin aparente solución. Y algo de eso hay: según estudios realizados por expertos del Conicet, hoy habría que aplicar una dosis de algunos pediculicidas cien veces mayor a la de hace una década para matar a los piojos. ¿Por qué? Por estos días, estos "bichitos" toleran heroicos dosis de algunos insecticidas que antes los liquidaban en cuestión de minutos.

La palabra clave para entender el problema es "resistencia", un concepto que tiene que ver un "fenómeno hereditario", explica el licenciado Ariel Toloza, biólogo, especializado en el tema pediculosis del Conicet. Y repasa la "historia" que derivó en estos piojos superpoderosos: "Cuando una población de insectos (o bacterias, hongos, entre otros) es expuesta a la presión ejercida por 'algo que las mata' (en el caso del piojo, pediculicidas que contienen un compuesto químico llamado permetrina), la mayoría muere, pero siempre quedan algunos que sobreviven, que son los que comienzan a dejar hijos con determinadas características genéticas que los hacen más tolerantes o resistentes a la dosis aplicada al comienzo", precisa.

Así, con el tiempo, la aplicación de esa dosis inicial de pediculicida deja de matar, porque la población empieza a ser resistente. Como la permetrina ha sido un producto muy usado durante años, hoy los piojos mueren sólo si son "atacados" con una dosis cien veces mayor a la de hace una década. "Pero aumentar las dosis de algunos insecticidas es irracional e inaplicable porque, al ser productos que se aplican sobre el cuero cabelludo, aumenta el riesgo tóxico", explica la doctora Picollo. "Algunas de las poblaciones de piojos mostraron niveles de resistencia a permetrina de 600, lo que invalida el uso de este producto para esos piojos". Es por todo esto que la oferta de productos pediculicidas empieza a cambiar. "Hoy se buscan productos llamados 'selectivos', que son efectivos sobre los insectos a dosis muy bajas y seguras para humanos. La otra opción es utilizar los que afecten sitios de los insectos que los humanos no tienen, como la cutícula o el esqueleto externo. Los pediculicidas más modernos están hechos con este criterio", explica Picollo.

La permetrina se usa en Argentina desde hace veinte años. Pero, en proporción, cada vez hay menos productos con este químico porque crece la oferta de los denominados productos "naturales", que se registran más rápido que los que tienen insecticidas sintéticos. "En la Argentina no existe ninguna regulación que obligue a las empresas a evaluar su efectividad sobre los piojos antes de lanzar un producto -explica Toloza-. Lo único que se les pide es que no sean tóxicos para los humanos". Lo que no hay que hacer, jamás, es rendirse, y dejar que los piojos sigan allí. Si bien los efectos de la pediculosis no suelen revestir gravedad, los piojos son ectoparásitos que se alimentan de sangre y que generan en la mayoría de los chicos picazón y escoriación del cuero cabelludo (generada por el rascado), pudiendo desencadenar cuadros de dermatitis o irritación. "En algunos casos, el intenso rascado puede generar lastimaduras que permiten a las bacterias ingresar y generar infecciones secundarias", advierte Toloza.

domingo, 5 de mayo de 2013

Uso educativo de las TIC: PLE en la escuela



Una de las conclusiones prácticas más interesantes de la teoría del conectivismo de George Siemens y Stephen Downes es una apuesta por el diseño y desarrollo de proyectos PLE (Entorno Personal de Aprendizaje). Se trata de una forma personal, informal y autónoma de aprender en la red. 

 ¿Qué es un PLE?
PLE proviene de la expresión anglosajona “Personal Learning Enviroment“, es decir, Entorno Personal de Aprendizaje y se refiere a una forma de aprender en la red. Se trata de un proyecto formativo más centrado en el aprendizaje informal y basado en una concepción conectivista del aprendizaje. Surge de la necesidad del individuo de estar permanentemente actualizado. Es el propio usuario quien elige sus objetivos, contenidos, herramientas, fuentes, etc. Esta elección exige cierta madurez y experiencia en la toma de decisiones y en el uso de los medios tecnológicos. Es una forma ideal para el desarrollo personal y/o profesional utilizando todos los recursos disponibles en Internet y potenciando el conocimiento global y el aprendizaje social.

Elementos de un PLE
Las seis tareas básicas que se realizan en un PLE son:
  1. Buscar y filtrar la información de interés.
  2. Organizar los contenidos.
  3. Comunicarse con los demás.
  4. Crear nuevos contenidos.
  5. Publicarlos para compartirlos con la comunidad.
  6. Colaborar con otros en tareas de producción colectiva.
El PLE es un proyecto personal, flexible, autónomo e informal que facilita el aprendizaje en red. En la escuela es posible familiarizar al alumnado con las herramientas del PLE y experimentar ciertas formas de aprendizaje conectivo e informal que en el futuro pueden ser la base para su formación personal y profesional en Internet.

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