sábado, 27 de abril de 2013

"Aprendizaje invisible" de Cristobal Cobo

En el video Cobo habla de la época actual donde el conocimiento juega un papel central y plantea el distanciamiento entre el perfil profesional que demanda en mundo del trabajo y el perfil que se está
formando en los distintos sistemas educativos. Aborda entonces los distintos tipos de aprendizaje existentes entre ellos: cara a cara o analógico, a distancia, en línea e invisible, haciendo especial referencia a que el utilizado con mayor frecuencia es el cara a cara (el profesor habla y los alumnos escuchan), un sistema formal de educación que prioriza la estandarización, la uniformidad y parametrización.
Destaca la importancia del aprendizaje invisible y lo compara en cuanto a funcionamiento, a la manera en que se aprende a utilizar las redes sociales, dado para ello no se hacen cursos sino que se
desarrollan “habilidades para”, que luego nos sirven para insertarnos en el mundo profesional, relaciones entre pares etc.
Según Cristóbal Cobo y John Moravec el aprendizaje invisible se basa en principios que ya existen: el edupunk, la educación expandida y los aprendizajes oblicuo y accidental. El aprendizaje invisible del que hablan Cobo y Moravec se basa en 5 axiomas:
  •  la tecnología de la información y la comunicación se hacen invisibles
  • las competencias adquiridas en entornos informales son invisibles
  • las competencias evidentes resultan invisibles en los entornos formales
  • las competencias digitales resultan invisibles
  • ciertas prácticas educativas que debiéramos invisibilizar
Los sistemas educativos formales no fomentan la creatividad de los niños inteligentes, porque como bien la expresa Cobo “lo esencial es invisible a la educación formal”, ésta no está a la altura de los
desafíos que plantea la sociedad del conocimiento.
En los 5 ejes del aprendizaje invisible se hace referencia a que las competencias adquiridas en entornos informales son invisibles y que existe una segunda brecha digital que no tiene que ver con el acceso a la tecnología sino con la calidad de uso y contexto de uso y en ese marco señala que existen más beneficios en el uso de las computadoras en los hogares que en las escuelas, donde ha generado bajo impacto.
Cobo señala que en las pruebas PISA no ha generado impactos positivos, como así también que las generaciones recientes desarrollan sus competencias digitales esenciales para vivir en el Siglo XXI en
entornos informales mediante la observación, el boca a boca o en el ensayo/error entre otras.
En cuanto a los sistemas de evaluación formales de evaluación señala que no estimulan para nada la posibilidad de aprender, por el contrario castigan el error, cuando en realidad el error es la madre
de nuevos aprendizajes, por lo tanto en los sistemas formales el error no es aceptable como parte del aprendizaje.
Pero también hay que tener en cuenta que en el aprendizaje invisible hay ciertas prácticas educativas que deberíamos invisibilizar, principalmente en uso de la memoria en los sistemas formales porque
los seres humanos tenemos mala memoria y por eso apoyar la evaluación con el acceso a la tecnología es fundamental, porque el uso de la memoria no ayuda al aprendizaje.
Finalmente plantea que existe una antítesis entre “tecnología” y “educación”, una tecnología que avanza continuamente y una educación que ni siquiera es lineal y que tampoco evoluciona a ritmo de la tecnología y por eso hay que crear puentes entre tecnología y educación, donde el aprendizaje invisible es fundamental.
La reflexión final es que la mejor educación que se le puede dar a la generación del siglo XXI es una educación que piense en el mañana.
 

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