domingo, 7 de abril de 2013

El hombre postorgánico. Cuerpo, subjetividad y tecnlogías digitales. (Sibilia, P)

Reescritura Capítulo 3: Ser humano
Natalia Dávila y Romina Correa
 
Analizando lo escrito por Romina y Natalia puedo decir que: Durante muchos años hubo una gran distinción entre lo que se consideraba natural de lo artificial, brecha que actualmente estaría despareciendo gradualmente, esto debido a que se pretende digitalizar la vida. En este contexto lo natural tiende a desaparecer y es reemplazado por lo artificial.
Tal como lo señala Romina Diós era muy importante para la época, porque todo giraba en torno a el, pero va mucho más allá, era considerado una especie de ingeniero que había creado una máquina completa y exuberante: la naturaleza y el hombre un sujeto privilegiado una pieza más en ese universos mecánico; una pequeña máquina casi perfecta.
Ambas citan a René Descartes, Romina menciona que al igual que otros pensadores tomaron al hombre como objeto de estudio, que debía ser examinado con el método científico, mientras que Natalia habla de la dualidad de cuerpo-alma de Descartes, cuya teoría era la existencia de dos formas distintas de realidad, el pensamiento (o alma) y la materia (o cuerpo). Por un lado se encuentra el alma pensante, la cual es sinónimo de nuestra razón, y por ello misteriosa, posicionada así en la escala de lo divino. Y por otro lado, se encuentra el cuerpo, el cual al igual que un reloj (o cualquier máquina) está compuesto por unas cuantas piezas tales como huesos, músculos, arterias, etc., asimismo es éste quien envejece, quien se vuelve obsoleto y así determina una fecha de caducidad para el alma.
Ahora la digitalización de la vida se está engendrando de la mano de las transformaciones de los últimos tiempos. En este aspecto Natalia señala que los nuevos avances de la informática hacen que nos lleguemos a plantear en la posibilidad de crear máquinas inteligentes, que lleguen a pensar como los humanos. Menciona como la biotecnología, a partir del Proyecto Genoma Humano permitió conseguir la lectura de la secuencia completa del genoma humano, estudiando la ubicación de cada uno de los genes en el ADN, presentando así al cuerpo humano como una suerte de programa de computación que fue descifrado.
En otras palabras los avances genéticos desafían los límites humanos mediante la ciencia y la tecnología, en los laboratorios donde se realizan investigaciones y descubrimientos biotecnológicos los materiales genéticos se fusionan con bits y byte, por lo que las cosas del cuerpo también ingresaron en un proceso de digitalización universal.Los secretos de la vida han pasado a manos de la tecnociencia, pero el cuerpo humano no deja de resistirse a la digitalización, se niega a someterse por completo a las tecnologías de la virtualidad.
A modo de conclusión Natalia habla de algunas cuestiones para pensar y es que existen algunos aspectos en que las computadoras han superado a los humanos como las actividades mentales que pueden ser cuantificadas (cálculo, abstracciones, razonamiento, razonamiento lógico), pero en cambio solo se han registrado fracasos en tratar de imitar los sentimientos, las emociones, las sensaciones y las pasiones.
Natalia culmina con interrogantes ¿Lograran algún día las máquinas sentir, como por ejemplo lo lindo que es que te despierten con café recién preparado a la mañana, la felicidad que da el abrazo de un hijo, o la angustia que da ver sufrir a un amigo? Y acaso, ¿no son también todas esas sensaciones, buenas y malas, las que nos impulsan a querer conocer, saber más de la vida? ¿Cuál sería nuestro estímulo si fuéramos máquinas? interrogantes para pensar, debatir y reflexionar.


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